Otra vez, las calles de Madrid se han convertido en escenario de una guerra, una guerra que se viene librando de forma callejera y clandestina desde hace unos cuantos años. La eterna historia del extremismo radical en España.
Ayer, el grupo ultraderechista Movimiento Patriota Socialista había anunciado una manifestación por las calles del barrio de Vallecas. Tenían autorización de la Delegación del Gobierno para hacerla, pero entonces el Movimiento Antifascista madrileño convocó una "contramanifestación" por las mismas calles.
El resultado: el obvio. La Policía trató de separar a ambos grupos y los Antisistema, que a veces son mal llamados Antifascistas (aunque ya parece que en los medios de comunicación no les llaman así) han arremetido contra las lunas de varios vehículos, destrozándolas, y han utilizado los contenedores como barricadas. ¿Así se consigue la sociedad antifascista que propagan?
Los antifascistas consideraban que la marcha del Movimiento Patriótico por Vallecas era una "provocación" a los trabajadores y han criticado a la Delegación del Gobierno en Madrid por "permisividad" y por "autorizar que organizaciones de carácter racista pudieran manifestarse en este barrio.
¿Y ese es el modo de hacer las cosas y criticar al Gobierno? ¿Esa es la forma de defender a los trabajadores? ¿Destrozando sus coches y sus tiendas? Mañana más de un trabajador no podrá ir a su puesto de trabajo porque su coche está en el taller, o su tienda destrozada. Si no se está de acuerdo con unos ideales, te quedas en casa y no acudes a una manifestación de un grupo que detestas, estás en tu derecho, pero si tienen permiso del Gobierno tu obligación es respetarles, aunque no compartas sus pensamientos (es lo que hacemos el resto del mundo y no nos va del todo mal).