Leo en 20minutos una de esas interesantes cartas de los lectores, que nos ayudan a entender lo que piensan nuestros conciudadanos, y no puedo si no sorprenderme con una que habla sobre la injusta justicia austriaca, que ha condenado a sólo 15 años de internamiento al "Monstruo de Amstetten".
Pero este caso representa [...] el símbolo esperpéntico del machismo más extremo concentrado en la vida de una sola mujer: sería la puesta en práctica perfecta de lo que la mente más repugnantemente machista del mundo desearía para la mujer: reclusión total, esclavitud, sumisión sexual forzada y, además, reproducción a toda costa, incluso contra su voluntad.
Considero que se ha dado a la desproporción de sentencia muy poca importancia, ya que de no haberse demostrado el asesinato del hijo habría sido ridícula y que la posible liberación de este individuo después de quince ridículos años es un insulto a cada mujer de este planeta y una mancha en la historia de la justicia de este continente.
Estoy de acuerdo con la primera parte de la cita. Es, sin duda, la prueba más horrible de que el ser humano es capaz de lo peor. Sin embargo, considero que la posible liberación de este individuo no es simplemente un insulto a cada mujer, si no un insulto a toda la ciudadanía, ya que a los hombres también nos repugna este tipo de ser humano. Quizás se expresó mal la autora de la carta, pero no hay que darle la vuelta al asunto y tratar este caso como si fuera un caso de violencia machista, si no como lo que es: un acto de barbarie contra toda una sociedad, personificada en una pobre chica que sufrió lo indecible.
Y, por supuesto, pienso que la condena es ridícula.
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